Audi, Audi A5 Cabrio 3.0 TDI Quattro Stronic

El A5 Cabrio ha venido a jubilar al A4 Cabrio, puesto que éste en la última generación de la berlina A4 ya no fue renovado. Para eso estaba ya el A5, que es en definitiva el Coupé del A4, carrocería desde la que parten habitualmente los Cabrios.
Con el motor más potente de la gama diesel, tracción total y cambio S-Tronic, la planta deportiva de este Cabrio está garantizada.
La elección de un A5 se puede hacer entre 5 motores, pero cada uno viene con sus particularidades. Es curioso que un modelo que tiene decenas de equipamientos opcionales te obligue de base a cambios relacionados obligatoriamente con 4 de las 5 opciones, llegando en nuestra unidad a estar obligados al cambio S-Tronic y tracción total. Si queremos cambio manual debemos optar por el motor 2.7 TDI en diesel y el 2.0 TFSi de 211 CV en gasolina, por otro lado el único de la gama que tiene tracción total es este 3.0 TDI de 140 CV. Así que como las lentejas... nuestro A5 disfruta del motor más potente diesel con 240 CV un cambio STronic sin levas en volante, que se pagan aparte y una tracción total cuya obligación no tiene una lógica para este tipo de coche.
El caso es que el cóctel es brillante aunque caro, el más caro de la gama y al que encima debemos de añadir del orden de 11.000 euros para poner el mismo equipo que nuestro coche lleva.
Capota de lona
Audi no ofrece techo duro en ninguno de sus descapotables, y este A5 es nuestra de ello. Ofrece por el contrario una opción de techo más insonorizado y con juego de luces para las plazas traseras. Con el techo de lona, más fácil de guardar plegado, se requiere menos espacio y permite configurar el coche mejor, planteando unas plazas traseras más utilizables, aunque en este A5 el espacio en las plazas traseras depende del reglaje de los asientos delanteros, que dicho sea de paso pueden echarse hacia atrás hasta prácticamente chocar contra los traseros anulando estos asientos.
El maletero tiene una capacidad de 455 litros, que no está mal, pero con el techo puesto, si lo guardamos perdemos una cuarta parte, pero sobre todo perdemos algo de tamaño de la boca de carga, y es más práctico cargar primero, respetando el espacio de la capota guardada, y si queremos descapotarlo después.
La zona reservada a la capota es fácilmente configurable, pues son mamparas blandas que se abate o no según esté o necesitemos reservar el sitio de la misma.
Aprovechando el abatimiento Si no ocupamos alguna o las dos de las plazas traseras, el espacio de carga aumenta gracias a la posibilidad de abatir los respaldos, como prolongando la profundidad del maletero. Este espacio de carga es el que luego más utilizamos si vamos con el coche descapotado, ya que es el más cómodo de acceso. También nos permite meter objetos largos y en un apuro de relativo volumen.
Es una abatimiento que se hace de forma muy cómoda, con unos tiradores desde la zona del maletero que destraban los respaldos que caen en forma de dos mitades, pues dos son las plazas que tenemos atrás.
Gran cóctel mecánico
Con un motor de 500 Nm desde 1500 vueltas, una potencia de 240 CV, un cambio automático con guía secuencial de 7 velocidades y una tracción total, ya está dicho todo. Tenemos un coche que puede llevarnos dando un paseo a puntita de gas, o un radical deportivo a pesar de su mecánica diesel. Faltaría el sistema iDrive y una suspensión programable, elementos que se pagan aparte, para la rizar el rizo, pero con lo que hay, y teniendo en cuenta que es de serie, uno se debe conformar.
Lo mejor del caso es que teniendo unas prestaciones sobresalientes, los consumos son excelentes. En conducciones normales ya bastante buenos, pero mejores en relación con una conducción deportiva.
Levas opcionales
Es una pena que las levas del volante no sean de serie, primero porque es una de las opciones más baratas y segundo porque igual se te olvidan al configurar el coche, así que si te interesa el "aparatito" ya te estás haciendo un nudo en el pañuelo.
Y es que es lo que más hemos echado de menos conduciendo este A5 Cabrio. Un coche que te invita mucho a rodar tranquilos, sin capota, disfrutando del viento, pero que al llegar una curva la reducción instintiva que te permiten las levas, no está disponible de serie.
Si eres de espíritu rácing estarás en tu salsa, hay potencia en cualquier momento y situación, el cambio te facilita las cosas, aunque las limitaciones están altas, el conductor medio se sentirá mucho más seguro y a gusto cambiando de forma secuencial, el más experto, tendrá que apurar un poco más cada frenada par poder reducir con el margen que el S-Tronic tiene para no pasar de vueltas el motor. Este margen, siendo menor que en otros cambios automáticos evidentemente no es el de un embrague manual.
Tracción total, un complemento que sí podía ser opcional
Para pasear, en la filosofía de un cabrio no es necesaria una tracción total, ni tan siquiera con 240 CV, cuando los sistemas electrónicos limitan las pérdidas de tracción. Pero ya hablando de 240 CV y un par de 500 Nm una ayudita extra nunca viene mal.
Con la 4 ruedas motrices, aparte de una internada en la nieve, con la comodidad de ahorrarte las cadenas, la mayor seguridad en pisos mojados, tenemos un extra para poner la potencia en el suelo y aumentar la concepción deportiva hasta un límite que poco tiene que envidiar a coches de 300 CV. Sólo faltaría una suspensión más deportiva para quedar al mismo nivel, y ojo que la de serie no es precisamente blanda.
Via: micoche.com

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